martes, 8 de julio de 2008

¿Cuál será el futuro escenario en Colombia?





Después de la liberación de Ingrid Betancourt

Por Matías Mongan. Desde la Redacción de APM


Con el golpe hacia las FARC, Álvaro Uribe refuerza su política miltarista. Estados Unidos quiere aprovechar el rédito político para profundizar su intervención en Latinoamérica. Distintas versiones sobre el rescate.

Se trató de una noticia que conmovió y alegró al mundo entero. La liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien permaneció en cautiverio durante casi siete años, no sólo representa el mayor golpe político-militar en toda la historia de un gobierno colombiano hacia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sino también ratifica la incoherencia de utilizar al secuestro como medio de “lucha revolucionaria”.

Esto sólo contribuyó a desprestigiar la imagen de la organización guerrillera más antigua de Latinoamérica y a convalidar la política militarista llamada “Seguridad Democrática” llevada adelante por el gobierno de Álvaro Uribe.


Sin embargo, a pocas horas del gran anuncio hecho por el Gobierno de Colombia empezaron a circular versiones que se contrastaban con la oficial. Veamos las que más retumbaron.


La página web francesa Mediapar sostuvo que la liberación de Betancourt y los otros 14 rehenes no fue un logro del ejército colombiano, sino que se debió a una negociación directa de los servicios secretos colombianos con el grupo guerrillero que tenía cautiva a Betancourt.


Además, la página web afirmó que la liberación podría haberse producido en los primeros de marzo, pero el Gobierno colombiano hizo fracasar el plan porque éste habría sido demasiado favorable para las FARC y para las autoridades ecuatorianas, comprometidas en una compleja mediación.


En ese sentido, el comando guerrillero que tenía presa a Betancourt y a los tres estadounidenses había hecho saber a las autoridades colombianas -cerca de tres meses antes- que estaba dispuesto a rendirse y entregar a los rehenes a cambio de inmunidad y de la garantía de exilio en Francia. La idea se cimentó en coincidencia con la muerte del número dos de las FARC, Raúl Reyes, el 1 de marzo.


Según Mediapart -contrariamente a lo que dice la versión oficial- no hubo ninguna infiltración de los servicios especiales militares de Colombia, sino que el grupo que controlaba a Betancourt fue seguido día a día gracias a la ayuda logística estadounidense mientras se preparaba el escenario de la rendición.


Otra versión que provocó mucho revuelo es la que difundió la emisora pública Radio Suisse Romande. Radio Suiza sostuvo que "los 15 secuestrados fueron en realidad comprados a los miembros de las FARC detenidos durante la operación -se apunta la cifra de 20 millones de euros (31 millones de dólares)- y la operación de rescate fue una puesta en escena". Además, asegura que basa su información en una fuente próxima a los acontecimientos, fiable y probada en los últimos 20 años.


Ante estos, rápidamente los Gobiernos de Francia, Estados Unidos y principalmente el de Colombia, salieron a desmentir las versiones. El encargado de la tarea del lado Colombiano fue el Ministro de Defensa Juan Manuel Santos.

Un video de tres minutos realizado durante la operación de rescate fue la prueba que presentó el funcionario. Sin embargo, analistas sostienen que el video parece contundente, pero deja también dudas. En primer lugar, dura apenas tres minutos, está editado y no se ve un momento clave como podría ser cuando, ya en el helicóptero, reducen a los dos cabecillas de las FARC.


Por su parte del analista internacional, el argentino Oscar Raúl Cardoso en su columna del diario Clarín sostiene: “las sospechas son inevitables. Hasta el buen estado de salud de los liberados, incluyendo en esto a la Betancourt, hizo pensar a muchos cómo era ésto posible después de años -seis en el caso de la ex senadora colombiana- en la selva. Las últimas noticias sobre el cautiverio de Betancourt trajeron la certeza de que ésta estaba muy enferma y que podría morir si el secuestro se prolongaba más. Cuando emergió de su cautiverio, Betancourt sorprendió no solo por su buen estado físico sino hasta por detalles como su dentadura sin mayor deterioro”.


Pese a esto, lo expuesto más arriba son por ahora versiones. Por el momento el escenario se sigue rigiendo sobre la historia oficial presentada por el Gobierno colombiano, y sea como sea el escenario de ese país va a sufrir modificaciones importantes.


Luego de reencontrarse con sus hijos en el Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM), Ingrid Betancourt encomendó la conformación de una “liga de países” para así terminar con el secuestro en Colombia.


Invitó a los Presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, de Ecuador, Rafael Correa y a la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner; a ayudar a fortalecer la democracia en Colombia. Asimismo reconoció que de ahora en más trabajará para lograr la liberación de las personas en cautiverio, no sólo en territorio colombiano, sino en otras partes del mundo.


Para fortalecer aún más las esperanzas de paz, el gobierno colombiano deberá dejar a un lado la actitud pendular hacia las FARC, para así poner reglas claras que permitan el acercamiento entre las partes.

¿A que nos referimos con la actitud pendular? Para distraer la atención de las fuerzas guerrilleras, días antes que se realizara la operación de inteligencia que permitió la liberación de Betancourt, el gobierno de Uribe como gesto de “buena voluntad” permitió que dos emisarios europeos -el francés Noel Sáez y el suizo Jean Pierre Gontard- se aventuren a lo profundo de la selva colombiana para así contactarse con el Comandante en Jefe de la guerrilla, Alfonso Cano.


Desde el punto de vista militar, esta estrategia resultó exitosa ya que permitió la liberación de quince plagiados sin –presuntamente- recurrir a la violencia. Sin embargo, más allá que es una obligación del Estado asegurar el bienestar de sus ciudadanos, este tipo de operaciones conllevan muchos riesgos y talvez no siempre puedan salir con el grado de “eficacia” logrado en la “Operación Jaque”.Y todos sabemos que si algo sale mal en esas situaciones, el primero en correr riegos son los secuestrados.


A su vez, para incentivar aún más los anhelos de paz que renacieron luego de la liberación de Betancourt, Uribe debe dejar a un lado su obsesión de eliminar como sea a las FARC. El discurso belicista hoy en día no contribuye en nada y sólo engendra más violencia, más muerte. Algo que los colombianos ya están cansados de soportar diariamente.


Es resaltable que Uribe haya dejado a un lado -momentáneamente- su postura intransigente hacia la guerrilla, para argumentar que: “nuestra política de seguridad democrática no es un fin en sí mismo, sino un camino a la paz, a la paz total".


Uribe resaltó cuando el helicóptero utilizado en la operación de rescate levantó vuelo, como gesto de buena voluntad “no se disparó” contra los guerrilleros que quedaron en tierra. Según su opinión, esto fue: “un mensaje no de palabra, sino de hechos, para que traten bien a los compatriotas secuestrados y para que los regresen a la libertad".


Este ha sido un rasgo característico del político antioqueño, combinar las propuestas de dialogo con medidas militares -algunas llevadas a cabo por fuera de la ley, por ejemplo el bombardeo en territorio ecuatoriano del campamento de Raúl Reyes- que en estos últimos meses han logrado debilitar el poder de las FARC.


Es más, la liberación de Betancourt ha hecho olvidar la crisis que la administración uribista estaba viviendo a raíz del fallo de la Corte Suprema de Justicia en el escándalo suscitado a raíz de la confesión de la ex parlamentaria conservadora Yidis Medina, quien reconoció que recibió sobornos para votar a favor de la reforma electoral que permitió finalmente a Álvaro Uribe aspirar a la reelección presidencial.


A pesar que en una primera instancia la Corte consideró que era necesario investigar el proceso que dio lugar a la reforma, por considerar que este constituyó una clara desviación de poder, los magistrados intespectivamente cambiaron de opinión y catalogaron al asunto como “cosa juzgada”.


Este anunció seguramente llevara a que Uribe de marcha atrás con el referéndum que había convocado días atrás para revalidar su gestión y de paso perpetuarse en el poder indefinidamente.


Al respecto, el senador opositor Gustavo Petro señaló que "El Presidente puede escoger entre dos caminos: o perpetuarse en el poder, porque no va a tener contradictor alguno, o terminar su segundo período y quedar en la historia como el hombre que pudo doblegar a las FARC".


Ahora bien: ¿Quién más sale favorecido políticamente luego de lo sucedido en el miércoles 2 de julio en San José del Guavire?


Sin dudas que el principal beneficiado es el gobierno colombiano en sí mismo. Con Betancourt libre, la administración uribista mejora su imagen internacional. Atrás quedaron las crisis con Nicaragua y Ecuador, hasta el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, llamó a Uribe para felicitarlo.


A pesar de esto, desde Quito la canciller Maria Isabel Salvador aseguró enfáticamente que las relaciones diplomáticas entre los dos países permanecerán rotas.


“No creo que tenga que cambiar nada (en el frente diplomático) porque son cosas distintas. Lo que sucedió el 1 de marzo fue una violación a la soberanía ecuatoriana. En ese sentido no tiene por qué cambiar la situación, no mezclemos las cosas”.


Asimismo ahora la Casa de Nariño ve con mejores ojos la posibilidad de revivir el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.


Un acuerdo que la mayoría demócrata en el Congreso estadounidense se muestra reacia a aprobar debido a las reiteradas violaciones a los derechos humanos en territorio colombiano: por ejemplo asesinatos de sindicalistas, representantes de desplazados internos. Un problema que todavía no tiene visos de solución.


Otro de los ganadores con lo sucedido fue el Ministro de Justicia, Juan Manuel Santos. Además de ser el primero en anunciar la liberación de la ex candidata, se mostró ante los medios junto a Betancourt en el aeropuerto de Bogota.


Todo parece indicar que si Álvaro Uribe desistirá de sus intenciones de aferrarse eternamente al sillón Presidencial de la Casa de Nariño, y se vislumbra que Santos será el elegido para continuar con la política oficialista.


A su vez, lo ocurrido también favorece a los intereses del gobierno de Goerge W. Bush y el actual aspirante republicano a la presidencia, John McCain, quien casualmente se encontraba visitando Colombia en el momento en que se produjo la liberación de Ingrid Betancourt.


Ahora el Plan Colombia será presentado por la gestión Bush como un éxito rotundo, no obstante que según un informe de las Naciones Unidas (ONU) en el año pasado el territorio colombiano evidenció un incremento del 27 por ciento en los cultivos ilegales de coca, el porcentaje más alto de toda la región andina.


En este sentido, Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana, advirtió que la Casa Blanca procura capitalizar el rédito político de las liberaciones para poder así ocultar sus “crímenes” contra otros pueblos e intensificar su “intervencionismo” -desestabilizador- en Bolivia y Venezuela.


Como conclusión, tenemos que decir que las FARC todavía no emitieron una respuesta oficial ante el éxito de la operación jaque. La agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), cercana a la agrupación guerrillera, emitió el jueves 3 de julio un comunicado en el que encomendaba a las dos partes del conflicto -el gobierno y la guerrilla- a "no echar en saco roto una oportunidad histórica, de una posible salida política al conflicto social y armado interno que sufrimos los colombianos".


"Definitivamente el futuro de Colombia no puede ser la guerra civil”, por eso Anncol llamó a la “oligarquía colombiana a tener los pies sobre la tierra y pensar con cabeza fría". “En vez de embriagarse falsamente con un `triunfo` que en ningún momento es de ellos y creer que pueden imponer lo que se les antoje al pueblo colombiano", destacó el documento.


Indudablemente el empecinamiento de utilizar al secuestro en el marco de una “lucha revolucionaria” fue el principal error político del Secretariado de las FARC y que ha dejado expuesta a la guerrilla en una posición de total vulnerabilidad, como nunca antes en su historia.


Ni siquiera las recomendaciones de distintas personalidades-Hugo Chávez, Rafael Correa- que encabezan el proceso de integración sociopolítico en Sudamérica, haciendo hincapié en la necesidad de liberar los secuestrados, logró hacer reaccionar a los jerarcas de las FARC.


Hasta el mismo Fidel Castro les aconsejó que "nunca debieron ser secuestrados los civiles, ni mantenidos como prisioneros los militares en las condiciones de la selva".


"Ningún propósito revolucionario lo podía justificar", sostuvo. Y enfatizó que en Cuba la revolución triunfo “poniendo de inmediato en libertad y sin condición alguna a los prisioneros. “Entregábamos a la Cruz Roja Internacional a los soldados y oficiales capturados en cada batalla, ocupando solo sus armas”, destacó el líder cubano.


Aunque todavía es un enigma, como la guerrilla más antigua de Latinoamérica va a responder al golpe que representó perder a la “joya” más valiosa que tenían -para presionar por el acuerdo humanitario-, analistas estiman que a las FARC les quedan 3 caminos posibles para afrontar el desventajoso escenario actual.


La primera opción que plantean es que el grupo guerrillero apuntaría a reorganizar sus fuerzas y tratar de emprender ataques militares en distintas regiones del país, para así tratar de demostrar que no están derrotados militarmente, tal como afirma la Casa Nariño.


Insistir en el acuerdo humanitario, a pesar que Betancourt era el principal “as” que tenía la guerrilla. La agrupación armada aún retiene en su poder a 21 militares y tres dirigentes políticos considerados como “canjeables”. No sería extraño que las FARC continúen valiéndose de esta situación para así tratar de mantener vigencia política, tanto a nivel nacional como internacional.
El último escenario posible es que los jerarcas guerrilleros se aboquen a un proceso de paz en corto plazo. Este es el menos probable de los tres, al menos en un futuro cercano, ya que dentro del Secretariado el ala militarista todavía sigue manteniendo mucha influencia.


La liberación de Ingrid Betancourt sin dudas representa una gran oportunidad para encontrar una salida política al conflicto armado colombiano. Este proceso no se va a lograr de un día para otro, sobre todo porque muchos odios de clase todavía siguen latentes. Estos sólo engendran más violencia y muerte, de los dos lados, algo que los colombianos -cansados de un conflicto que ya lleva más de cuarenta y cinco años de vigencia- ya están cansados de padecer.


Por el momento, Uribe y su política militarista (al estilo Bush) parece haber encontrado su mayor momento de gloria. La liberación de Ingrid Betancourt paulatinamente va quedando en la historia, pero dejando bien parado al presidente colombiano.


Antes de partir a Francia, Betancourt -causando la sorpresa de la prensa- que apoyaba una segunda reelección de Uribe. Los analistas se sorprendieron dado que la familia de la ex rehén representó siempre la oposición e Ingrid era una de las pocas colombianas capaces de disputarle la presidencia a Uribe. Incluso hay rumores de que a la ex candidata a presidenta se le ofrezca el puesto canciller en un eventual tercer mandato de Uribe.

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