Por Giorgio Leone, parte I. De nuestra Redacción. Semanario AmericasCaribes
Ayer, el presidente Barack Obama empezó prácticamente su gobierno –aunque en la realidad será hasta el 20 de enero del 2009, cuando tome posición oficialmente.
Poniendo los puntos sobre las íes, es decir, al haber reconocido y dicho públicamente lo que muchos medios de comunicación social apenas le dieran importancia, insertando en espacio insignificante sus despachos periodísticos, como es lo que el presidente electo dijo: “el círculo vicioso de la ecnonomía de Estados Unidos”.
Así se refirió Obama en su declaración pública dicha por el mismo ante las cámaras de televisión del mundo el día de ayer Nov 24/2008.
Por fin algo bien dicho, pero Bush no lo reconoció, al contrario, dijo que la economía estaba bien, y hasta el cinismo de que lo dijera el opositor de McCain. Se ve que ambos estaban en las nubes y sus tecnócratas no les sirvieron los análisis bursátiles que los orientaran sobre lo que estaba sucediendo en la economía doméstica, en especial.
El asunto es que el planeta tierra se ha resquebrajado económicamente y se hará polvo, y todo porque a sus líderes les hace falta cerebro y no tienen la capacidad de razonamiento, mucho menos de genialidades e iniciativas para romper el cerco de la indominia del sistema más aberrante, creado despues de la segunda guerra mundial.
Esta incapaciad de poder visualizar a tiempo, en el caso de Estados Unidos, la “burbuja inmobiliaria o hipotecaria” que estalló produciendo lo que los tecnócratas, económistas, escritores y analistas llaman “crack bursátil” por las ilusiones de la “teoria del más tonto” que creyeron en cantos de sirena --considerándose los más vivos, invirtiendo cuando las alzas en el mercado hacían de la suyas— producto de las maniobras de los especuladores, en donde tienen responsabildiad directa la banca inmobiliaria.
Vendiendo en cuestión de meses y obteniendo pingues ganancias, hasta que cayeron en la trampa y se percataron que lo que ganaron lo perdieron al doble en sus últimas inversiones en propiedades sobrevaloradas.
Esta descomposición del mercado, producto de la incensatez vocacional y empírica de sus inversores, al creer que el mercado estaba en su mejor bonanza, sin reconocer que el “boom” inmobiliario era la burbuja del mercado que tarde o temprano explotaría para que la economía en general entrara en estado agónico. Incluso llegando al estado de coma, donde se encuentra, no reaccionando a las medidas cohercitivas de insentivación económica con las inversiones multimillonarias, cuando se le han hecho tranfusiones económicas que lamentablemente de nada están sirviendo y por lo visto no servirán.
Es como el aeroplano que se enfrenta a una bruma invisible pero feroz, que se pudo detectar solo en el radar, pero nada a la vista humana. La que no aceptaba las medidas técnicas de sus pilotos que hacen lo que saben y aprendieron teóricamente que se debería de hacer para estabilizar la nave aérea, “caída en picada por la falta de sustentación”. De la misma, por mucha experiencia de sus teóricos manejadores, que al final provocan muerte y desolación, lo que nos sucederá a los “tontos útiles” que somos todos los que componemos ésta desnaturalizada sociedad de consumo, científicamente calificada cuantitativa y cualitativamente para su explotación desmesurada.
El desencanto popular y la desconfianza generalizada es el veneno mortal que puede llegar a producir un deceso mortal a la economía y causar la “gran hecatombe” que ya se visualiza y que podría producirse a mediados de febrero del 2009, de no comprar los ciudadanos estadounidenses el prestigio y la confianza Obama.
Así que la economía, les guste o no a los tecnócratas, no depende de ellos ni en la danza de los millones sino en la capacidad, buena voluntad, confianza, fe y equipo de trabajo del presidente electo. Es cuestión de confiabilidad y atrás que vengan los miles de millones...
Ayer, el presidente Barack Obama empezó prácticamente su gobierno –aunque en la realidad será hasta el 20 de enero del 2009, cuando tome posición oficialmente.
Poniendo los puntos sobre las íes, es decir, al haber reconocido y dicho públicamente lo que muchos medios de comunicación social apenas le dieran importancia, insertando en espacio insignificante sus despachos periodísticos, como es lo que el presidente electo dijo: “el círculo vicioso de la ecnonomía de Estados Unidos”.
Así se refirió Obama en su declaración pública dicha por el mismo ante las cámaras de televisión del mundo el día de ayer Nov 24/2008.
Por fin algo bien dicho, pero Bush no lo reconoció, al contrario, dijo que la economía estaba bien, y hasta el cinismo de que lo dijera el opositor de McCain. Se ve que ambos estaban en las nubes y sus tecnócratas no les sirvieron los análisis bursátiles que los orientaran sobre lo que estaba sucediendo en la economía doméstica, en especial.
El asunto es que el planeta tierra se ha resquebrajado económicamente y se hará polvo, y todo porque a sus líderes les hace falta cerebro y no tienen la capacidad de razonamiento, mucho menos de genialidades e iniciativas para romper el cerco de la indominia del sistema más aberrante, creado despues de la segunda guerra mundial.
Esta incapaciad de poder visualizar a tiempo, en el caso de Estados Unidos, la “burbuja inmobiliaria o hipotecaria” que estalló produciendo lo que los tecnócratas, económistas, escritores y analistas llaman “crack bursátil” por las ilusiones de la “teoria del más tonto” que creyeron en cantos de sirena --considerándose los más vivos, invirtiendo cuando las alzas en el mercado hacían de la suyas— producto de las maniobras de los especuladores, en donde tienen responsabildiad directa la banca inmobiliaria.
Vendiendo en cuestión de meses y obteniendo pingues ganancias, hasta que cayeron en la trampa y se percataron que lo que ganaron lo perdieron al doble en sus últimas inversiones en propiedades sobrevaloradas.
Esta descomposición del mercado, producto de la incensatez vocacional y empírica de sus inversores, al creer que el mercado estaba en su mejor bonanza, sin reconocer que el “boom” inmobiliario era la burbuja del mercado que tarde o temprano explotaría para que la economía en general entrara en estado agónico. Incluso llegando al estado de coma, donde se encuentra, no reaccionando a las medidas cohercitivas de insentivación económica con las inversiones multimillonarias, cuando se le han hecho tranfusiones económicas que lamentablemente de nada están sirviendo y por lo visto no servirán.
Es como el aeroplano que se enfrenta a una bruma invisible pero feroz, que se pudo detectar solo en el radar, pero nada a la vista humana. La que no aceptaba las medidas técnicas de sus pilotos que hacen lo que saben y aprendieron teóricamente que se debería de hacer para estabilizar la nave aérea, “caída en picada por la falta de sustentación”. De la misma, por mucha experiencia de sus teóricos manejadores, que al final provocan muerte y desolación, lo que nos sucederá a los “tontos útiles” que somos todos los que componemos ésta desnaturalizada sociedad de consumo, científicamente calificada cuantitativa y cualitativamente para su explotación desmesurada.
El desencanto popular y la desconfianza generalizada es el veneno mortal que puede llegar a producir un deceso mortal a la economía y causar la “gran hecatombe” que ya se visualiza y que podría producirse a mediados de febrero del 2009, de no comprar los ciudadanos estadounidenses el prestigio y la confianza Obama.
Así que la economía, les guste o no a los tecnócratas, no depende de ellos ni en la danza de los millones sino en la capacidad, buena voluntad, confianza, fe y equipo de trabajo del presidente electo. Es cuestión de confiabilidad y atrás que vengan los miles de millones...
CONTINUARA...
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