martes, 6 de mayo de 2008

Respuesta femenil a qué es el "Centrismo"


Nuestro propósito es ir publicando las opiniones responsables, no las diatribas porque no se está satisfecho con nada. Ciertamente el hombre a todo le pone peros, todo el tiempo lo ha hecho y lo seguirá haciendo. Por lo tanto no saquemos de la masa ni de los enlibrados, mucho menos de los ociosos políticos aberrantes. Mas bien hagamos nuestra plantilla de acuciosas investigaciones para descubrir las distintas posiciones idiomáticas, más que idiológicas, porque hoy en día supera
la ambición que la satisfacción.

Pero le vamos a dar espacio a la opinión respetable de una dama que se dignó tirarnos dardos dispuestos a dar en el blanco, decimos en el blanco centro, como si se tratara de un juego de buena puntería en tiro al blanco de feria.

Sólo queremos decir que, la verborrea sin control, guía ni sustentación, no es seguible ni recomendable porque estamos como adictos a todo, menos a la verdad, a la transparencia ni a la equidad, sea cual fuera lo que se vaya a obtener de todo estos tratados de cabezas duras, menos de análisis vanguardistas y razonables en el buen comienzo de producir una riqueza que satisfaga a todos los protagonistas.

Leamos lo que la inteligente dama nos quiere decir: (Departamento de redacción de SAC)

Cuando queremos buscar un verdadero cambio social, no solo es partir de Platón o Aristóteles, de donde se vienen definiendo ideologías posteriores. Por mucho que se quiera maldecir la filosofía, la misma es indispensable para crear teorías. Todos somos filósofos cuando nos interrogamos y buscamos soluciones. Desde tiempos remotos, el hombre como ser social ya buscaba la manera más idónea para una convivencia favorable. Recordemos los planteamientos sobre un gobierno ideal durante tiempos medievales que, finalmente, puso las bases para la Revolución Francesa. El burgués se sirvió del pueblo y logró eliminar al rey absoluto, pensando, que iba gobernar mejor. Viendo la libertad que consiguió el hombre después del Oscurantismo y conforme que pasaban los siglos, muchos creían que podían cambiar a la bestia humana en un ser consciente. El mismo Rousseau debería darse varias vueltas en su tumba por ver, qué ni su Tratado Social es aplicable. Tal vez, el único genio en materia política fue Maquiavello, reconociendo que el hombre es el lobo disfrazado y el gobernante esta obligado engañar a sus súbitos. Freud iba ser mejor politólogo que psicoanalista, porque reconoció el verdadero problema de la sociedad humana: su cultura cada vez más exigente, busca por medio de normas suprimir la naturaleza humana. La bestia tenía que hacerse funcional para lograr una sociedad compacta y exitosa en su conjunto. Las vacas dan leche, el hombre dinero.

Lo criticable en todos esos planteamientos es, que siempre se ha olvidado al hombre como tal, como unidad; como ser biológico, psicológico, social, cultural e histórico. El hombre es historia, pero lo curioso es, que se le olvida cuando plantea sus teorías. Parte de su propio contexto, o parte donde vio el fracaso. Peor aún, compara países y culturas y las quiere universalizar como si el hombre fuera una máquina que trabaja igual y bajo las mismas condiciones en Namibia como en Canadá. Es un hecho, pueblos y naciones tecnológicamente superiores, dominan. Antes era a través de la guerra, hoy es económicamente. La Revolución Industrial sometió al hombre a la competencia con la máquina. Fábricas lo alejaron del campo y lo concentraron en ciudades. El progreso lo hizo dependiente de los ingresos mensuales y la tensión ante la pérdida del trabajo equivale a quedarse sin manutención. Su salario es calculado, tanto es el gasto, tanto se gana. Mientras menos se le paga y más necesidades se le crea, más producirá. Este círculo vicioso se va cerrando conforme avance la tecnología y crezca la población mundial, sumando los desastres naturales y cambios climatológicos.

El tiempo dice que estamos frente un colapso, si no tomamos un rumbo más apto. Ni socialismo ni capitalismo lograron una vida social justa. Dos polos, donde uno fantasea de la abolición de las clases sociales y que todos pudiéramos compartir las riquezas, como si fuéramos un montoncito de inocentes. El otro ya no fantasea, que ya tratamos de un verdadero enfermo de psicosis. Lejos de la realidad siguen gobernando llevando al desastre económico al mundo entero. Efectivamente, es urgente un cambio. Nadie quiere revoluciones, a pesar que Che Guevara dijo, que era mejor morirse de pie en vez de estar de rodillas. El hombre humilde de los países sub-desarrollados no ve salida, por eso dejó de preocuparse. Dicen que desde la llegada de los conquistadores nunca han recuperado su dignidad. 500 años no pasaron en balde. Un pueblo apático ante el tejemaneje político de sus gobernantes prefiere la fiesta. La sociedad consumista de los países ricos sigue bajo la manipulación, donde los ponen en una hermosa pecera nadando como peces de oro. Sin embargo, cuando salen de su letargo acuático viene la depresión porque se dieron cuenta, que todavía no existe la felicidad “Made in China”. Las vacaciones son la aspirina, que debe aliviar durante 14 días el estress para luego seguir como máquinas, las cuales no deben fallar. Las empresas se fueron a otros países para producir más barato, promoviendo el programa All-Inclusive; o sea, empleo temporal bajo salario mísero, contaminación y uso de los bienes nacionales.

Ante todo ese desastre humano, cultural y económico que se aproxima, aparece como solución el centrismo. ¿Qué es el centrismo? No es ninguna ideología en sí ni se define. El centro es indefinible, porque, como dijo Margaret Thatcher: “Es como estar en medio de la carretera bajo el peligro de ser arrollado.

Expongo una parte del discurso, escrito por Humberto Ortega, Jefe del Ejército Popular Sandinista, en la Prensa de Nicaragua:

El centrismo como un eje de acción y conducta es un término que pienso podría ayudar a las distintas fuerzas de izquierda y derecha, para manejar mejor las profundas diferencias y contradicciones existentes en nuestra sociedad, incluyendo las antagónicas entre ellas y tras el seno de ellas, que entorpecen la solución de la pobreza y subdesarrollo y el camino hacia la plena democracia.

El centrismo, no como una nueva filosofía o doctrina ideológica sino como un medio civilizado que produzca el programa de Nación que profundice el sistema democrático en diálogo transparente y permanente para consensos y acuerdos políticos que se instrumenten institucionalmente, unos de alcance lejanos y otros para hoy, en el marco del Estado de derecho.

El centrismo que se conduzca con ética y humanismo, entendiendo la sociedad moderna como modernismo con sensibilidad ética y estética, espiritual y no solamente reducida a la importancia de lo moderno en cuanto a lo material y lo técnico.

El centrismo como eje y motor dinámico que contribuya a que realmente quienes manejan el poder representen al pueblo para generar soluciones de beneficio para toda la nación; la mayoría sin su vehículo de representación real caería en la anarquía. En este sentido se debe elevar la participación en el poder que la mayoría debe tener en la vida democrática; y así lograr el fortalecimiento de la gobernabilidad del país.

El centrismo que aliente al capital y a las fuerzas sociales a producir en armonía las riquezas para vencer la miseria y pobreza que agobia a la Nación.

Ortega expresa el profundo deseo de una sociedad humana. El planteamiento para lograr salir del problema viene de una mente consciente de la realidad. Lo dice un luchador social de origen latinoamericano, un hombre que conoció el extremo de riqueza y pobreza. Sin embargo, lo que no toma en cuenta es: que no son mentes conscientes dentro de la mayoría de gobiernos, sino un montón de representantes de sus propios intereses.

Sigue Ortega con un punto que es clave en la historia:

En la parte nórdica europea, Suecia y otros se ha alcanzado modelos no perfectos pero que dan mejor respuesta a la necesaria armonía entre libertad individual, derechos humanos, desarrollo económico, justicia y equidad social.

Efectivamente, Suecia ha sido un ejemplo de seguir con su política social para toda Europa, pero ninguno lo ha logrado más que Austria. Este pequeño país centroeuropeo logró aproximarse, siendo Kreisky cancillier, quien adaptó el modelo social sueco. El grave error es, cuando comparamos entre países. Ahora, Austria no puede compararse con Suecia, ni por su ubicación geográfica, climatológica ni mentalidad. Suecia es un país poco poblado con una tecnología superior, el cual mucho menos podrá compararse con Latinoamérica, que no solo sufre de una sobrepoblación, sino un desarrollo educativo y, tecnológico. Debemos considerar la cultura en primer lugar para no decir: “Suecia logró”. Latinoamérica ha sido conquistada, se le ha impuesto un gobierno de explotación, recordando cuando el año 1550, cuando 500 barcos llevaban productos de Veracruz a España; y, 100 años después aumentó la cifra a 1500 barcos. Cuando México anunció la expropiación petrolera en 1938, se temía la invasión por parte del expropiado para recuperarlo. No se hizo porque no hacía falta. México depende de la tecnología extranjera, por lo que, la recuperación del petróleo tomó otra vía más sutil.

¿Qué piensa el centrismo y sus seguidores? Qué la rabia es curable? El hombre busca el poder y cuando lo obtiene, es difícil quitárselo. Nadie quiere retroceder y siempre mira hacia arriba para pisar lo que tiene debajo de sus pies. Es parte de su instinto de supervivencia, y disfrazadamente tiene actitud de rata. Almacenando da seguridad y, mientras más tenga, más quiere. El hombre es el único animal, que no conoce límites. Es el único que tiene que ponerse a dieta, que tiene que ir a un gimnasio para bajar de peso, es el único que vive su vida corriendo para ganar dinero, es el único que tiene que comprarse la comida, de otra, se muere.

Es correcto que debemos buscar el equilibrio, sin embargo, quien conoce al hombre sabrá, que jamás lo lograremos y solo es un sueño más de la conciencia.

Ingrid

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